De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria. De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
El Sancho es un ser pitológico cuyo conocimiento se ha trasmitido de generación en generación por tradición oral. Anda de boca en boca. Si tienes uno serás el último en enterarte. No obstante lo anterior es conocido por gente cercana a ti. Es como tu ángel guardián: siempre te está cuidando pero tú nunca lo ves. Si por casualidad lo llegas a ver, no sabrás que forma parte de tu intimidad.
Su origen se pierde en la noche de los tiempos. Es el único ser que se reproduce por generación espontánea. Su creación se le ha atribuido a los hongos alucinógenos que se comió un pajarito que volaba sobre las aguas primigenias. Otros expertos en origenología creen firmemente que un ángel malvado lo creó para torturar a la humanidad. Pero dado que muchas miserias se mitigan por su presencia, se duda de esta teoría.
Sancho Panza era el ayudante de Don Quijote y recibía tantos palos como él. El Sancho es tu ayudante y recibe tantos palos como tú.
La función que más se le agradece, por lo menos tu mujer, es que hizo que tus hijos sean mas guapos que tú, estimado lector. Gracias a él comes pollo cuando solo dejaste dinero para comprar frijoles. Su mágica presencia arregló la lavadora mientras andabas chambeando y cuando llegaste a casa te dijeron que echó a andar solita. Hace que te despida con alegría a tu mujer cuando sales a trabajar o a ver el partido.
Es el que trae los juguetes para tus hijos cuando no alcanzaba para esas cosas.
Cuando llegas tarde y la ves durmiendo con una sonrisa de satisfacción, ya sabes a quien agradecerle.
Su presencia te libera de obligaciones pesadas. No importa que llegues cansado de andar investigando cual es el mejor antro de la zona. No tienes que llegar a cumplir. Él te releva de esa responsabilidad.
Tus canas al aire y tus “horas extras” tienen una contraparte que mantiene en equilibrio el sistema.
La manera infalible de que no tengas Sancho, estimado lector, es no tener mujer. Pero en todo hombre hay un Sancho en potencia.
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